En esta segunda parte de la nota, La agresividad en los niños, quiero centrarme en cómo los padres pueden prevenir las conductas agresivas de sus hijos, lo que a largo plazo los puede ayudar a tener una adolescencia con menos problemas y más adaptativa.
Como mencioné en la nota anterior, la conducta agresiva puede verse influenciada por varios factores (biológicos, familiares, temperamentales etc.). En esta nota me centraré en los aspectos familiares, específicamente en los estilos de crianza. Hay estudios que han demostrado que los estilos de crianza excesivamente autoritarios o por el contrario excesivamente permisivos, favorecen la aparición de conductas agresivas en el niño. Concretamente, la falta de apoyo y de afecto, el uso del castigo para controlar la conducta del niño, la falta de supervisión y comunicación y sobre todo una disciplinainconsistente se asocian con conductas más agresivas. De forma opusesta, un estilo de crianza caracterizado por altos niveles de apoyo, supervisión, comunicación y flexibilidad actúa como factor protector de la conducta agresiva.
Uno de los aspectos importantes a considerar en la crianza es el establecimiento de los límites. La evidencia señala que la consistencia en la aplicación de éstos y acompañado de una explicación de las razones para cumplirlos por parte de los hijos se asocian con niños menos agresivos. Por el contrario, cuando se establecen los límites de forma agresiva (física y verbalmente) acompañada por un bajo nivel de razonamiento, en donde no se escucha el planteamiento de los hijos, no se explica y solo se impone la norma, generan más conductas agresivas en los hijos comparada con una disciplina menos agresiva.
Como prevenir
Lactantes (0-1 año):
- Aprender a leer las señales del bebé.
- Los bebes se sienten seguros y amados cuando se responde adecuadamente a su llanto y a sus necesidades.
- Entregar estimulación física, visual y táctil. (Cuidado con la sobre estimulación)
- Poner sus casas a prueba de niños.
- Tener redes de apoyo para cuando se sientan cansados o estresados y sientan que pueden agredir al bebé.
En los infantes y preescolares.
- Destinar tiempo para el juego ya que este promueve relaciones positivas.
- Estimular el desarrollo del lenguaje.
- Estimular el desarrollo de las competencias sociales y emocionales.
- Premiar la buena conducta dando atención, estímulos y palabras de refuerzo.
- Manejar adecuadamente las separaciones.
- Enseñar a los niños a calmarse cuando tengan pena, rabia, ayudando a su verbalización a trravés del etiquetado de sus emociones.
- Tener expectativas realistas de la conducta de sus hijos (de acuerdo a la edad de cada niño).
- Cuando los pequeños tengan conductas agresivas, guíalo en la resolución del conflicto siendo coherente, calmado y no punitivo. Recuerda que eres su principal modelo.
- Mantén rutinas que resulten predecibles para el niño.
- Estimular la resolución de conflicto.
Se debe tener cuidado con etiquetar a los niños de "agresivos" ya que como mencioné, es en la infancia temprana cuando más se dan las conductas agresivas y cuando se aprende a controlarlas. Desde esta perspectiva, se debería tener en cuenta que ciertas conductas agresivas corresponden al desarrollo esperado de los niños. Sin embargo como padres habría que buscar ayuda cuando los niños reiteradamente: tienden a hacer daño a otros (ya sea física y/o emocionalmente), cuando rompen las cosas de los demás y también cuando presentan agresiones verbales donde insultan, critican, amenazan, discuten o culpan a otros. Todas estas, son expresiones inadecuadas de agresión que requieren de atención por parte de los padres o de los cuidadores.
Carolina González E.
Psicóloga.
Diplomada en Apego y Teorías Actuales Del Desarrollo.
UDD
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