10 septiembre, 2011

Cambiemos la forma de criar y cambiaremos el mundo…


Esta frase que no es mía  pero me representa, me llena de energía para compartir con ustedes información que nos ayude a criar de una forma más amable. ¿Cómo?  Se preguntarán. Primeramente cambiando la forma en que percibimos a nuestros niños; no sé en qué momento o por qué,  a los niños se les satanizó  y el objetivo de la crianza se relacionó mas con dominar, moldear a los gustos, necesidades y expectativas de los padres que a otra cosa.  Creo que es fundamental  dejar que los niños sean solo niños, seres humanos en desarrollo,  respetando que tienen sus propias necesidades, gustos  e intereses y que pueden ser  o no como los tuyos. Es increíble que lo relacionado con  los niños se suele  tomar como poco importante, se minimizan sus emociones,  sus peticiones y sus necesidades de contacto físico de atención. ¿Cómo te sentirías, si tu pareja de quien se supone  tú esperas ciertas cosas,  te ignorara cuando le pides algo, o se riera y te dijera ya se te va a pasar?.

Resulta más saludable para el desarrollo de nuestros hijos que nos detengamos a conocer sus gustos, qué los motiva, qué los molesta o estresa y qué los calma. Seamos conscientes, consistentes, respetuosos con sus penas,  ellos no te van a pedir lo que no necesitan. Yo sé, a veces es difícil, sobre todo cuando estamos cansados o enfermos, pero si nos damos un momento, si nos agachamos y  los miramos, les preguntamos y les decimos por ejemplo,  ¿estás triste?, ¿necesitas un abrazo? y le das un momento, ese niño va a ser mas cooperador y te va resultar más fácil seguir con tus tareas.  Si simplemente no puedes, ponte un time out: retírate momentáneamente del lugar, respira, pide ayuda (ojo, esto lo recomiendo sólo para los padres). Insisto cambiemos la forma de criar, por favor no pidamos independencia a niños de 1 año, por ejemplo pedirles que no lloren  cuando los papás lo dejan en la sala cuna, claro que va a llorar, si te necesita, ellos no saben de tiempo, ponte en su lugar.  Con el tiempo tu hijo va ser cada vez más independiente, va a poder controlarse sin patalear, va ser cada vez más cooperador,  siempre y cuando él sienta  que estas ahí, que lo consuelas, lo calmas, que eres predecible, que  sabe que esperar de ti y que lo acompañas e incentivas a explorar el mundo. Al criar de forma respetuosa, cariñosa y  atenta,  estamos formando adultos con esas características.  Seamos más comprensivos, estemos más accesibles a preguntarnos qué les sucede y criaremos a personas más empáticas, menos agresivas,  y sobre todo más felices.¿Crees que es una buena idea para empezar a cambiar el mundo?

 Carolina Gonzalez E.
Psicóloga

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